Escocia día 4: de Tobermory a Flodigarry

Ya estaba acostumbrado a que el día amaneciera un poco oscuro, así que no le di mayor importancia. Hoy me tocaba carretear mucho y ver paisajes más que lugares. Al final del día esperaba estar al norte de la isla de Skye. La verdad es que madrugué menos de lo que había pensado, pero no me preocupó mucho. Un nuevo scottish breakfast me esperaba para coger las fuerzas necesarias para conducir. Lo primero que había que hacer era ir hacia el muelle de Fishnish para dejar la isla de Mull y volver a la isla principal. Afortunadamente, la travesía era más corta que el del día anterior y había muchos menos coches, con la suerte también de que justo llegué al muelle cuando estaban empezando a embarcar, lo que hizo que ganara mucho tiempo extra. Una vez ya en la isla principal empecé a recorrer la estrechísima carretera que cruza toda la península de Ardnamurchan hasta el ferry de Corran que en cinco minutos te deja ya en la carretera principal que sube a la zona de los lagos desde Glasgow y Oban.

A partir de ese momento, primero te encuentras con el Loch Lochy a tu izquierda. Quedas maravillado de un estrecho lago flanqueado por montañas, y no puedes evitar parar en casi cada uno de los apartaderos  y zonas de merendero que te vas encontrando al lado de la carretera. Porque una cosa que descubrí en Escocia es que las carreteras están plagadas cada poco tiempo de lugares donde dejar el coche de manera segura y admirar el paisaje que te rodea.

Tras él tienes el Loch Oich, segundo lago que forma la Great Glen, pero antes de alcanzar el final de este lago, nos desviamos a la izquierda para empezar a cruzar las Highlands en dirección a la isla de Skye. Pero antes de alcanzar de nuevo la costa , mientras subes y bajas colinas y atraviesas desfiladeros, contemplas el Loch Garry desde las alturas, el Loch Loyne y el Loch Cluanie. No puedes dejar de parar en casi todos los apartaderos que vislumbras hasta que el valle se abre y dejas de subir y bajar para alcanzar la costa. Y allí, en la costa, antes de llegar al destino del día encuentras otro lugar mágico: el castillo de Eilean Donan.

Eilean Donan es una de las imágenes más reconocibles de Escocia. Se encuentra en una pequeña isla unida a la costa por un puente y lo recordaréis casi seguro por la película de «Los Inmortales», donde es el hogar de los MacLeod. El castillo es una maravilla, perteneciente al clan de los McRae, con un montón de objetos pertenecientes a la historia del clan y, sobre todo, con unas vistas increíbles sobre la bahía del Loch Duich. Pese a que se puede concentrar mucha gente, es un sitio obligatorio en tu visita a Escocia.

Desde allí, continúa la carretera hasta dar con el puente que une la isla principal con la isla de Skye. Tras unos primeros kilómetros de llanos, el terreno va creciendo y el espacio entre las montañas y el mar se va acortando mientras el paisaje empieza a impresionarte e imponerte. Justo antes de llegar a Portree, la capital de la isla, tuve la suerte de dejar el coche al lado de una cascada y sentirme un ser diminuto perdido en un paisaje enorme y espectacular.

Tras largo tiempo sintiéndome muy poca cosa, retomé mi camino y circulé hasta el norte de la isla donde, en el paraje de Flodigarry, en medio de un bosque a la orilla del mar, se encontraba mi albergue. Salir al jardín y sentarse delante del mar y de la pequeña isla que se observaba mientras descansaba del duro día fue uno de los grandes momentos que uno nunca espera.

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