Hoy, por fin, desde la última vez que lo vi el martes por la mañana antes de desatarse la nevada, ha salido el sol. La pena es que estaba camino de Belfast para dejar el coche y se me han quedado muchas cosas en el tintero que me hubiera gustado conocer. Pero hoy ha salido el sol y eso es lo que cuenta.
Camino de Belfast he parado en Navan Hill. En definitiva, la morada de los antiguos reyes del Ulster y un lugar ritual que marcaba el centro del reino. El yacimiento, como veis en las fotos, no deja de ser un colina con dos promontorios que son colinas artificiales creadas por el hombre a base de construir y hundir lo que construían para rellenar.
Todo eso te lo explican en el Centro de Interpretación que han hecho al lado de la colina. Una muy buena exposición donde te cuentan primero las leyendas relacionadas con el mítico Reino del Ulster, para pasar en la segunda parte del museo a contarte todos los restos arqueológicos que se han recogido y como es ese trabajo arqueológico. Muy, muy didáctico. Al final, todo termina con un audiovisual donde se recrean las leyendas con actores. Además, todo está en perfecto castellano a través de unos auriculares que te dan. Muy interesante.
Luego me he ido al aeropuerto de Belfast a devolver el coche. Por cierto, no me ha gustado, me ha resultado muy incómodo (era un Peugeot 308). En fin, que lo he devuelto y me he venido para el alojamiento en Belfast. Lo poco que he hecho es salir un rato para cenar y echar un ojo por la ciudad.
He visto el ayuntamiento (encima) y la Queens University y la verdad es que creo que la ciudad va a estar curiosa. Veremos.
Para terminar un día agradable, he hecho dos amigas en el pub de la esquina de la calle de la Guesthouse. Os las presento en la última foto 😉