Anoche costó dormir, Uluru seguía golpeando mi cabeza. Hoy tenía toda la mañana libre hasta el vuelo que me tenía que traerá Cairns, pero he decidido no volver a Uluru, aunque tenía tiempo. Creo que hay cosas que tienen que quedarse cómo están y no intentar modificarlas.
Así que me he quedado en el Resort para acudir a una charla dada por un aborigen anagu. En ella nos ha hablado de los distintos instrumentos de caza que utiliza su pueblo desde épocas ancestrales, de como los hacen y de como los utilizan.
Pero no solo se ha quedado ahí, porque conforme le hemos ido preguntando ha empezado a contarnos costumbres de su pueblo, leyendas e incluso rituales de iniciación. Una charla que tenía que haber durado 45 minutos se han convertido en 100 (y podían haber sido más) Un complemento perfecto a la experiencia en el outback.
Y esto sigue avanzando y ya estoy en Cairns, en el trópico de Capricornio. La verdad, es como una ciudad de playa de la costa mediterránea, pero con lluvia, intermitente, pero muy habitual. He llegado de noche así que no tengo mucho que decir. Mañana me acercaré a la Gran Barrera de Coral. Os lo contaré.
¿De verdad que ese tío es un aborigen y estáis seguro de que no os ha robado nada?
Hombre no sé yo, pero de Boquiñeni no parecía jajaja. Yo no he echado nada en falta por lo menos 😛