Cuando pensamos en escaparnos un fin de semana a algún lugar cercano siempre nos vienen a la mente los lugares típicos en Europa: París, Londres, Roma o Berlín, pero en esos días de primavera yo ya estaba cansado de las ciudades de siempre y decidí bucear en los destinos que ofrecía Vueling para ver que otras cosas había. En esas estaba cuando vi Cardiff. Hasta ese momento, para mí Cardiff era la capital de Gales y poco más. Me sonaba el Millenium Stadium donde jugaba a rugby la selección en el Seis Naciones, pero no conocía nada más de la ciudad. Es decir, para mí era una anodina ciudad más de Europa. Pero, por cambiar de aires, decidí coger un billete de fin de semana y allí me fui un fin de semana de Junio que además, sin pretenderlo, coincidió con la peor semana emocionalmente que yo recordaba.
¿Qué me encontré? Pues me encontré una ciudad muy pequeñita que me permitió conocerla andando sin necesidad de transporte, con un centro peatonal y una juventud que, aunque no me lo creía, se asemejaba mucho en la vestimenta y en la forma de comportarse a los protagonistas del reality de MTV «The Valleys».
Mi fin de semana empezó en el Cardiff Castle, en el centro de la ciudad. Se trata de una fortificación bastante imponente que encierra dentro una gran explanada de césped y una pequeña fortificación en lo alto de una colina, de época normanda y construida sobre un antiguo fuerte romano. Se trató del centro de poder de Cardiff y fue cambiando de manos a lo largo de la historia del país. En un lateral de la explanada, pegado a las murallas, hay un castillo mucho más grande y más parecido a un palacio. Data del siglo XIX, cuando ya la zona era parte estable del Reino Unido y ahora alberga una gran cantidad de muebles de la época. Además, en la explanada se pueden encontrar reproducciones de varias armas de asedio.
Como podeis ver en las fotos, pegado al castillo se encuentra el Millenium Stadium con su diseño futurista. Se puede visitar, pero cuando yo estuve no pudo ser porque estaban montando el escenario para un concierto de Rihanna dos días después.
Desde allí me dirigí a la zona de la bahía, que se encuentra un poco alejada del centro de la ciudad, a unos tres kilómetros. Yo fui andando porque hacía muy buen día, pero también hay autobuses que unen las dos partes de la ciudad. Allí se encuentra el Millenium Center, que si sois seriéfilos igual os suena porque ha salido en varias series inglesas como «Doctor Who» y que es conocido como el Armadillo. Realmente es un centro cultural donde se realizan exposiciones y talleres.
Luego se puede estar tomando una cerveza tranquilamente en cualquier terraza o simplemente sentarse en cualquiera de los escalones mirando el mar mientras lees un buen libro o simplemente tomas el sol.
Tras tomar largamente el sol, volví al centro de la ciudad para dirigirme hacia la zona de Llandaff. Se trata de una zona arbolada y con grandes extensiones de césped, donde un sábado por la tarde había mucha gente haciendo picnic y jugando al cricket (sigo sin entender ese deporte), y una vez cruzada una carretera, entre los árboles, puedes encontrar la Catedral de Llandaff, un edificio precioso que, lamentablemente, estaba también cerrado, esta vez por un concierto de órgano. Pese a todo, estuve rodeándolo y admirando su belleza, ya que se trata de una catedral del siglo XIII, en estilo gótico.
Cuando salí de allí ya empezaba a ponerse el sol, así que volví al centro peatonal de la ciudad para cenar y terminar un día de relax y olvido en la capital galesa. Si tenéis un fin de semana y no sabéis dónde ir, pensad en Cardiff, no os defraudará.